miércoles, 22 de octubre de 2008






BARRO, BAMBÚ, HABITAT Y REVOLUCIÓN
A Farruco Sesto, porque
El hábitat también es un
Problema de cultura….

En los últimos 60 años los países del sur del mundo hemos incrementado significativamente nuestros índices demográficos. La mejoría en nuestras condiciones sociosanitarias han influido decisivamente para que nuestra población se multiplicara a un ritmo cada vez más acelerado.
Estos aumentos de la población se concentraron fundamentalmente en las principales ciudades de nuestros países, produciendo en pocas décadas un colapso en la capacidad de servicios de éstas y un déficit cada vez mayor en la oferta de vivienda y de terrenos donde construirlas.
En las décadas de los años 80 y 90 del siglo pasado la llegada al poder de gobiernos afines y sumisos a la ideología neoliberal y el enorme peso que la deuda externa impuso a las economías de nuestros países hizo que la problemática de la vivienda se agravara dramáticamente.
La construcción de viviendas e inclusive la planificación del urbanismo fueron abandonadas por los diferentes gobiernos, transfiriendo esta responsabilidad a la iniciativa privada y a la mano invisible del mercado, eufemismos con que en nuestros países se denomina a las monopólicas mafias de la construcción y a los gangsteriles negocios especulativos de la banca hipotecaria.
En Venezuela esta nefasta herencia aun no ha podido ser superada por los planes y desarrollos que en materia de vivienda y hábitat ha puesto en marcha la revolución bolivariana.
Es claro que en un mundo que entra en una crisis sin retorno del modelo de consumo de energía vigente en los últimos 100 años, la costosa producción de materiales para la construcción de viviendas e inclusive el diseño y conceptualización de las mismas tiene que ser revisado y redefinido.
La durabilidad de los materiales de construcción actuales se obtiene a costa de un muy elevado gasto de energía: 1000 grados centígrados para producir cemento portland, 1700 grados centígrados para obtener el acero que se utiliza en la construcción, altos costos en fletes, etc. Este alto consumo de energía sumado a diseños inapropiados, no adaptados a nuestras condiciones climáticas, culturales y económicas, más la visión por parte del sector financiero de la problemática de la vivienda como uno de los negocios más lucrativos, con índices de retorno del capital invertido más rápido y tasas de ganancia más elevadas, han convertido la adquisición de una vivienda en un sueño casi inalcanzable para millones de hombres y mujeres de nuestros pueblos; situación en la que también yo, por cierto, me encuentro.
Las situaciones antes descritas parecieran indicar la necesidad de que se exploren nuevas (pero también viejas e injustamente olvidadas) posibilidades referidas a la construcción de viviendas, entre las que hay que destacar el barro y el bambú como materias primas de la construcción.
El barro ha sido utilizado para construir viviendas desde la época de los primeros asentamientos humanos. Es un material abundante, económico y de notables cualidades físico-estructurales que el esnobismo y la colonización cultural nos ha hecho olvidar y despreciar.
El barro como material de construcción ha sido estigmatizado socialmente; se le asocia con pobreza y atraso; se le atribuye una supuesta fragilidad e inconsistencia que desmiente el hecho de que pirámides como la de Dahsur en Egipto, construida totalmente de barro hace ya más de 5.000 años, aun hoy se encuentra en un asombroso estado de conservación, lo mismo que la antigua ciudad de Cachan en el Perú, construida con barro hace aproximadamente 2.800 años, o largos trechos de la gran muralla china aun hoy en pie y funcional. También en el occidental estado de Falcón, su capital, Coro, declarada patrimonio histórico de la humanidad por la UNESCO, posee un casco histórico construido fundamentalmente de barro, en donde pueden verse majestuosas casas como la “casa de las ventanas de hierro”, pertenecientes a la familia Tellería, que aun después de 300 años sigue maravillando y admirando a quien tiene el placer de recorrer sus pasillos, patios y habitaciones.
Entre las muchas cualidades y ventajas del barro como material de construcción tenemos:
Los adobes de barro conducen poco el calor y actúan como equilibradores térmicos (absorben el calor del día y lo liberan poco a poco durante el frio de la noche y viceversa). Su capacidad de de aislamiento acústico es notable, y esta característica viene a ser de gran utilidad y beneficio a una sociedad golpeada por el estrés y por la cultura del ruido. El barro aísla de las radiaciones electromagnéticas, cosa que no hace el concreto. Es un material prácticamente incombustible, con un valor de ignición de F-180, esto significa que puede soportar el fuego durante 180 minutos sin arder.
Los muros y paredes hechos de adobes de barro son gruesos y su densidad es semejante a la del hormigón. Tiene una alta resistencia a los impactos y es totalmente ecológico y reciclable. Sus daños estructurales son fáciles de reparar y tanto el barro como la arcilla son protectores naturales en contra de hongos y bacterias, además de que como intercambian humedad con el exterior mantienen saludables niveles de humedad en el interior de las viviendas.
Hay que desechar la necia idea de que con barro sólo se pueden construir ranchos de bahareque; las señoriales mansiones de Coro y las fotografías de bellas casas de barro que en mi blog personal (joelsangronispadronblogspot.com) coloco, desmienten esta aseveración.
En países como EEUU, Francia, España, Argentina, Uruguay y Chile en los últimos años han visto un verdadero renacer de las construcciones de lujosas villas y hoteles 3 y 4 estrellas construidos con barro, que contradictoriamente con la percepción social que existe en nuestro país, sólo están al alcance de individuos de gran poder económico.
En la Cruz de Taratara, en plena sierra falconiana, relativamente cerca de la ciudad de Coro, funcionaba hasta hace algunos años atrás (ignoro si aun funciona) una “Escuela del Barro”, donde ancianos albañiles de la región enseñaban técnicas ancestrales de fabricación de adobes de barro y construcción de viviendas con ellos. También la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) a finales de los años 80 y principios de los 90 del pasado siglo, impulsó proyectos de construcción de viviendas (inclusive de dos plantas) utilizando el barro como principal materia prima.
Sólo utilizando materiales económicos, ecológicos y abundantes (como el barro), podrán los diferentes gobiernos de los países del mundo cubrir el déficit de más de 500 millones de viviendas que se calcula se necesitaran en el mundo en los próximos 20 años.
Si el barro es el material ideal para paredes y rellenos de un nuevo tipo de vivienda popular, el bambú lo es para estructuras interiores y soportes.
El bambú (conocido también en nuestro país como Guadua o Guauda), es una gramínea que alcanza una gran altura (30 metros) y que por su extraordinaria dureza, flexibilidad y resistencia ha sido llamada “el acero vegetal”.
Su relación peso-resistencia es tal que sólo es comparable con la obtenida por las aleaciones de metales de la era espacial. Increíblemente el bambú tiene una resistencia a la tracción de 40 Kp/mm2, superior a la de la madera (5 Kp/mm2) y a la del acero de construcción (37 Kp/mm2).
El arquitecto colombiano Simón Vélez se ha convertido en una celebridad mundial por sus vanguardistas construcciones con bambú, entre los que se cuentan puentes, viviendas e inclusive el pabellón ZERI (Zero Emissions Research and Initiatives) de la feria tecnológica de Hannover, Alemania, en el año 2.000, construido íntegramente con este material.
Este pabellón fue el más visitado por el público y en él se presentó la computadora portátil “Ecobook”, fabricada con bambú por la compañía Asus.
Entre las más emblemáticas construcciones hechas con bambú en América Latina se encuentra la catedral de Pereira, en el eje cafetero colombiano, zona de gran actividad sísmica, un peligro para el que la flexibilidad y resistencia de las construcciones en bambú presentan grandes ventajas porque como dice el mismo Vélez, “el bambú no es sismoresistente, es más bien sismoindiferente”.
El bambú puede utilizarse ventajosamente como materia prima para producir laminados, machimbrado, pisos, gabinetes, paneles, etc, con una resistencia, durabilidad y elegancia infinitamente superior al plástico y a otros tipos de madera más costosas y menos ecológicamente sustentables.
Los bosques de bambú son muy abundantes en Venezuela, Colombia, Ecuador y Centroamérica. Contribuyen a la regulación y mantenimiento de los cursos de agua y a la conservación de las cuencas hidrográficas. Esta planta es un gran fijador de dióxido de carbono, (uno de los gases que producen el efecto invernadero), porque al ser utilizada o transformada su madera no libera a la atmósfera el gas retenido.
Un bosque de bambú se regenera cada 5 años sin necesidad de replantarlo, lo que lo hace altamente sustentable como materia prima de la construcción, al contrario de especies como el Cedro (20 a 25 años) y el Roble (75 a 80 años).
Desde hace algunos años Colombia está importando maquinaria, tecnología y asistencia técnica de Taiwán para utilizar el bambú como material de construcción. Ahora que Venezuela mantiene excelentes relaciones con la República Popular de China sería deseable que indagáramos las múltiples posibilidades que esta planta presenta en todo lo referente a la construcción de viviendas y la milenaria experiencia que los chinos poseen en esta área.


Joel Sangronis Padrón
Profesor UNERMB

Joelsanp02@yahoo.com

lunes, 20 de octubre de 2008








Imperios, terrorismos y terroristas en la Historiapor Joel Sangronis Padrón(*) Tuesday, Oct. 10, 2006 at 11:40 AM
El terrorismo puede ser definido como la acción o acciones violentas llevadas a cabo por un individuo, un grupo, un movimiento político o un gobierno, en forma injusta e ilegal, en contra de una determinada población civil, con la finalidad de sembrar en ella el miedo o terror para así obtener sus fines políticos, militares o económicos.
El problema con esta o cualquier otra definición parecida radica en como determinar quien tiene el derecho a establecer, y bajo que parámetros, la calificación o la condición de justa o injusta, legal o ilegal, a una determinada acción. Por ejemplo: Estrellar un avión contra un edificio es injusto, ilegal y terrorista, pero bombardear una ciudad (Falulla) con un elemento absolutamente prohibido por la convención de Ginebra como lo es el fósforo blanco es justo, legal y civilizado. Secuestrar a dos soldados israelíes por parte de la resistencia palestina es un acto claramente terrorista según la visión de los gobiernos y agencias informativas occidentales, pero secuestrar a cientos de civiles sin derecho a la defensa, sometiéndolos a aislamiento y torturas físicas y psicológicas en Guantánamo y varias cárceles secretas en todo el mundo son acciones legales, legítimas y hasta dignas de aplauso y reconocimiento al realizarlas el gobierno de los EEUU. Esta doble moral no es nueva. A lo largo de la historia los imperios siempre han actuado de la misma forma. En los últimos dos mil años quienes detentaron el poder en el mundo siempre se arrogaron para si el derecho a anatemizar y criminalizar las acciones de quienes se resistieron y combatieron su poder y dominio. En la época antigua los romanos descalificaban a quienes se resistían a su poder imperial denominándolos “Bárbaros”. En el siglo I A.C el esclavo Espartaco encabezó una rebelión de esclavos que tuvo en jaque al poder imperial romano, pero lo que fue calificado por ellos como un alzamiento “terrorista” ha pasado a la historia como un movimiento precursor de la libertad en el mundo occidental. ¿Los apóstoles Pedro y Pablo no fueron acusados por Nerón de algo muy parecido al actual concepto de terrorismo? ¿No se les culpo de atentar contra la “Pax Romana?, ¿de ser promotores del incendio de Roma? ¿Considerarían los franceses de hoy en día que su héroe nacional Vercingetorix, gran caudillo de la resistencia gala frente a las legiones romanas con Julio César a la cabeza, es un terrorista histórico? Pues los líderes del imperio romano así lo consideraron y lo ejecutaron afrentosamente en el año 46 A.C. Y ya que estamos en tierras galas, Asterix y Obelix, personajes de historieta muy queridos desde mi niñez, ¿no estarán sembrando un peligroso ejemplo de terrorismo en las mentes de los niños que leen sus aventuras con esa manía de resistir hoy, mañana y siempre al imperio invasor? ¿Y que decir de Emilio Salgari? ¿No debería ser prohibidas y quemadas con transmisión directa de CNN las obras de un autor que hace una flagrante apología del terrorismo en “Sandokan El Tigre de La Malasia”? Un nativo semisalvaje, (para los anglosajones todo nativo siempre es semisalvaje), que osa alzarse en contra de su graciosa y serena majestad británica…¡y encima tiene el mal gusto de ganarle!. ¿Se puede olvidar acaso que en pleno siglo XX el imperio británico a través de su primer ministro Winston Churchill declaró terrorista a una de las figuras espirituales más grandes de la historia, El Mahatma Gandhi en su lucha por la independencia de la India? ¿La Resistencia francesa a la ocupación nazi en la segunda guerra mundial no fue acusada por estos de terroristas? Apenas cinco años después de concluida esta guerra, eran los franceses los que acusaban de terroristas a los patriotas argelinos que luchaban por su libertad. ¿Eran acaso terroristas los legendarios guerrilleros partisanos, rusos y yugoeslavos, que sembraron el miedo entre los invasores nazis? Más de treinta años estuvo ese gigante ético y espiritual que es Nelson Mandela preso en las mazmorras del régimen racista y nazi surafricano, acusado de terrorista por pedir y lucha por la libertad e igualdad de los surafricanos en su propia tierra sin que los gobiernos estadounidense o europeos movieran un dedo para lograr su liberación. ¿El gobierno mexicano, hoy tan sumiso y cipayo del imperio estadounidense, estaría de acuerdo en la calificación de bandido y bandolero (hoy terrorista) que el gobierno norteamericano le endilgó a Doroteo Arango (Pancho Villa) y de la invasión antiterrorista que el General Pershing hizo del territorio mexicano para capturarlo? El furercito Aznar y su aun peor sucesor dentro del neofranquismo español, Rajoy, ¿estarían de acuerdo en cambiar el nombre del famoso cuadro de Goya “Fusilamientos en el Prado” por el de “Fusilamientos de Terroristas”? porque hasta donde entiendo, los patriotas españoles que fueron fusilados por resistir a las tropas de ocupación francesas y que inmortalizó el maestro Goya en su obra en nada se diferencian de los patriotas iraquíes que hoy son acusados de terroristas por luchar y resistir contra el ejercito invasor anglosajón (que en su momento también contó con tropas españolas). ¿Que calificativo les daría hoy el imperio norteamericano y sus transnacionales de la información a figuras que encabezaron luchas populares en América Latina como Artigas, Morazán, Zapata, Hidalgo y Sandino si actuaran en este tiempo con los mismos métodos, los mismos ideales y las mismas banderas que en su momento enarbolaron? ¿Los acusarían de terroristas? Para finalizar, ¿no sería acusado de terrorista hoy nuestro Libertador Simón Bolívar por emitir su famoso Decreto de Guerra a Muerte? ¿No fue acusado de terrorista ayer, y sigue siéndolo hoy, por los mismos plumíferos cagatintas de la oligarquía, el General del Pueblo Soberano Ezequiel Zamora? Como vemos, la calificación de terroristas en la historia da mucho que pensar. (*)Profesor UNERMB Joelsanp02@yahoo.com





USA Contradictions
Por: Joel Sangronis Padrón Fecha de publicación: 16/10/08


imprímelo

mándaselo atus panas
Han usurpado el nombre de América sólo para si, a pesar de que exterminaron a casi todos los pobladores originales de esta tierra.A pesar de que su sistema electoral es el mas imperfecto, cuestionable, arcaico y antipopular de los que existen, gustan de llamarse a si mismo como “La Democracia” y como enemigos de la misma a cualquiera que se oponga a sus intereses imperiales.Sus élites gobernantes y gruesas capas de su población hacen gala y ostentación de un puritanismo medieval pero a la vez este país produce casi el 80% de la pornografía que se consume en todo el mundo.Tiene los centros de investigación tecnológica más avanzados del orbe y algunas de las universidades más prestigiosas del mundo contemporáneo, pero a la vez en su sistema educativo se debate si debe enseñar o no en las escuelas la teoría de la selección natural de Darwin y según la National Assesment of Education sólo el 2.6% de las personas adultas puede escribir correctamente una carta y el 95% de sus estudiantes universitarios no pueden localizar a países como Irak, Vietnam o Bolivia en un mapamundi.Su clase política y sus medios de transmisión masiva de información usan como propias palabras tales como “libertad”, “democracia”, “justicia”, e “igualdad” mientras que apoyan la opresión, la tortura, la rapiña y las guerras genocidas a lo largo y ancho del mundo.Se subrogan el derecho a certificar o no certificar la actuación de cada país en la lucha contra el tráfico de drogas pero dentro de su territorio se siembra y cosecha más de la tercera parte de la marihuana del mundo y se consumen cerca de la mitad de las drogas ilegales que se producen en el planeta. Su presidente da el ejemplo de esta lucha drogándose con alcohol en plenas olimpíadas de Beijing.Declaran la guerra al terrorismo mundial pero se reservan el derecho a utilizar el terrorismo de estado en donde y como ellos decidan: bombardeando fábricas de medicamentos en Sudán, fiestas matrimoniales en Afganistán, utilizando bombas de racimo, fósforo blanco, uranio y napalm contra la población civil de Irak, reduciendo a cenizas a más de 3000 seres humanos en el barrio El Chorrillo en Panamá y bombardeando por meses a la población civil de Yugoslavia. Su aparato publicitario ha declarado, juzgado y sentenciado a Ben Laden, Raúl Reyes, Nelson Mandela, Yasser Arafat, y los Cinco Héroes cubanos como terroristas mundiales, pero su poder ejecutivo y su sistema judicial cobija y protege a terroristas verdaderos como Luís Posada Carriles y Oliver North. Se ufanan de sus atletas olímpicos y han hecho de sus estrellas deportivas imágenes de culto en todo el mundo, pero a la vez es la sociedad con más personas obesas y con problemas cardiovasculares de la tierra.Se autodenominan como la “tierra de la libertad”, pero su población carcelaria es de más de dos millones de personas, pertenecientes en una abrumadora mayoría a las franjas más pobres de esa sociedad y a grupos minoritarios como afroamericanos, latinos e inmigrantes de todo tipo.Gastan en seguridad carcelaria (nunca en reeducación, en la que no creen) más de 25.000 dólares anuales por preso, es decir, tanto como lo asignado a cada estudiante universitario. La cárcel y demás penas son vistas por la sociedad estadounidense como formas de castigo y no como instrumentos de readaptación social, lo que explica la casi unánime aprobación que la pena de muerte posee allí. La construcción, administración y mantenimiento de la gigantesca red de cárceles necesarias para recluir a esta colosal masa de presidiarios es manejada casi en exclusividad por compañías privadas en las que el estado usamericano ha delegado esa función a cambio de contraprestaciones multimillonarias.Su sistema judicial, por décadas promocionado en todo el mundo como paradigma de la justicia, la imparcialidad y la moralidad, ha mostrado en los últimos años, con casos como los de O.J Simpson, la libertad bajo palabra de Posada Carriles, la quiebra fraudulenta de la Enron y los risibles casos que cada año son premiados con los premios Stella (casos de ladrones de carros que demandan a quienes robaron por fallas en los frenos del vehículo robado, o amigos que demandan a anfitriones porque borrachos en una fiesta en casa de estos últimos se cayeron y rompieron una mano), la verdadera cara de un sistema judicial clasista y esquizofrénico, condicionado por los medios de comunicación, por el poder ejecutivo y por el poder económico de esa sociedad.Producen más trigo, hortalizas, maíz y leche que ningún otro país del mundo, pero la mayoría de su población sólo consume hamburguesas, pizzas, pollo y papas fritas y bebidas azucaradas.Sus economistas e ideólogos del FMI y El Banco Mundial crearon, a principios de los años noventa, el conjunto de planes de ajustes macroeconómicos, libre mercado y austeridad fiscal conocido como “Consenso de Washington”, impuesto a la mayoría de los gobiernos del mundo menos al de………¡¡Washington!!, tal y como acaba de quedar demostrado con el atraco a mano armada que sus banqueros y poder ejecutivo acaban de hacer al pueblo trabajador estadounidense con el manejo del paquete de ayuda federal al quebrado sistema bancario de ese país.Es la cuna y asiento actual del gran capitalismo imperial globalizado, con sombríos personajes de una ideología que mezcla a partes iguales puritanismo, fascismo, ortodoxia cristiana, liberalismo manchesteriano y darwinismo social, tales como Pat Buchanan, Donald Runsfeld, Rush Limbaugh, Net Grinwich, Jesse Helms y la candidata a la vicepresidencia Sarah Palin; pero a la vez es también la sociedad que ha producido a los grandes teóricos del socialismo contemporáneo: Noam Chonsky, James Petras, Inmanuel Wallerstein, James O´Connors y Mike Davis entre otros.Es la sociedad más individualista del mundo, pero a la vez la industria publicitaria y los medios de transmisión de información, a los que los habitantes de ese país son adictos como ningún otro pueblo, han homogenizado hasta el absurdo a sus miembros, al punto que la vida del norteamericano promedio está marcada por términos como Coca Cola, Mac Donalds, Hollywood, Niké, Walt Mart, Hallowen, Ford, GM, Disney, etc.Es el país de lo “políticamente correcto” y de los grupos de presión social; allí fumar en público, usar una franela del Che, un turbante o ropa con piel de animal puede ser equivalente a ser considerado un perturbado social o un anarcoterrorista. Mirar a una mujer a los ojos puede ser catalogado como acoso sexual y ser castigado con penas muy severas por lo que en trenes y metros la gente viaja sin mirar jamás a sus compañeros de viaje. En varios estados las maestras evitan acariciar a los niños por temor a querellas judiciales por parte de sus padres, por lo que los niños crecen en las escuelas sin expresiones de amor y ternura por parte de sus maestros. Cada cierto tiempo estos niños, ya trocados en jóvenes adolescentes, organizan carnicerías en sus colegios y universidades teniendo como blanco a sus compañeros de clases y a sus maestros.Lo políticamente correcto ha llegado en algunos estados a los límites de lo absurdo: Es común que en bares de solteros existan a la mano formatos escritos de contratos por los que las partes que esa noche se han conocido y piensan dormir juntos, declaran que renuncian a demandar a la otra parte por acoso sexual y por “Palimony”, es decir, por pensiones para ex amantes.En algunas congregaciones religiosas se han modificado expresiones de la Biblia que podrían ser consideradas ofensivas, discriminatorias o sexistas: El Padre Nuestro ha sido cambiado por un “Padre Madre Nuestro” para no ofender o discriminar a las mujeres. El Salmo 63 que dice “Tu mano derecha me sostendrá” ha sido cambiado por “Tu mano fuerte me sostendrá” para no herir la sensibilidad de los zurdos. En cada película de Hollywood ha de ser incluido un afroamericano, así se trate de temáticas sobre vikingos o antiguos griegos, para no enfrentar la acusación de discriminación racial.Han endiosado el pragmatismo más cerril dentro de su esquema de vida. Desconfían de toda forma de intelectualidad y rechazan eso que Platón en su Fedro describe como “ese arte universal de hechizar la mente con argumentos”, pero con sus grandes medios de transmisión masiva de información y el resto de su industria cultural han diseñado y practican la Guerra ideológica (4ta Generación) a través de la que buscan hechizar al resto del mundo con imágenes, símbolos y manipulación de las emociones y deseos.Con patética arrogancia gustan de llamar a los ganadores de los campeonatos de sus ligas deportivas nacionales como “Campeones Mundiales” o “Serie Mundial” a su serie final del béisbol.Su poder legislativo promulga leyes que aspiran ser de aplicación mundial tal y como sucede con la ley Helms-Burton o la ley Torricelli, pero se niegan a acatar y ni siquiera a reconocer normas aprobadas por la comunidad internacional como el protocolo de Kyoto, el Tribunal Penal Internacional, el fallo de La Corte Internacional de La Haya que los condenó por el minado de los puertos nicaragüenses, el tratado contra las minas antipersonales y otros parecidos.Acusan a los musulmanes de fanatismo religioso y hacen burla de ello pero a la vez su presidente asegura que Dios le habló para darle la orden de atacar Irak y masacrar millón y medio de civiles allí, y en cada pueblo y ciudad estadounidense hay pastores y telepredicadores que aseguran que Dios baja a hablar con ellos de política, tendencias electorales, música y nuevas y heterodoxas formas de salvación, como Juanita Smith, anciana predicadora afroamericana que a la puerta de su iglesia en Alabama gritaba “¡rebajad! porque ningún gordo entrará al reino de los cielos!” Joel Sangronis PadrónProfesor UNERMBjoelsanp02@yahoo.com



naturaleza vampírica del capitalismo
El capitalismo, ha escrito Hakim Bey, “es un vampiro que chupa nuestra sangre, nuestra energía, nuestra historia, cultura y futuro”. Marx (el Van Helsing del capitalismo): “El capital tiene un único impulso vital, el de valorizarse, generar plusvalía. El capital es trabajo muerto que resucita, como un vampiro, sólo chupando trabajo vivo, y tanto más vive cuanto más chupa”.
Joel Sangronis Padrón Para Kaos en la Red 17-8-2007 449 lecturas
www.kaosenlared.net/noticia/naturaleza-vampirica-capitalismo


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LA NATURALEZA VAMPÍRICA DEL CAPITALISMO.

Algo muerto puede ser arrastrado por la corriente,
pero sólo las cosas vivas van en contra de ésta….
Chesterton

El modelo civilizatorio capitalista posee, a decir del ecofilósofo español Joaquín Araújo, una naturaleza vampírica, es decir, sobrevive de chupar la vida (materias primas, trabajo, identidad, historia) del ser o los seres, poblaciones o países de los que se alimenta, convirtiendo a éstos a la vez en “no vivos”, en “muertos vivientes”.

El capitalismo, ha escrito a su vez Hakim Bey, “es un vampiro que chupa nuestra sangre, nuestra energía, nuestra historia, cultura y futuro”, que son además los que le dan vida, porque el capitalismo vive de la mercantilización de nuestra imaginación, de nuestros sueños, a los que convierte, a través de la manipulación, en mercancías, en espectáculo, y luego deja el cadáver convertido en un zombi, en algo que no está muerto pero que ya no puede vivir.

Párese usted en el medio de la noche frente a una montaña erosionada o frente a un antiguo bosque convertido hoy en un yermo, calcinado y estéril desierto, frente a las viscosas y putrefactas aguas de un río, lago o humedal contaminado, contemple a lo lejos el sombrío y desolador paisaje de Chernobyl y en el medio de la basura y los desechos, circundado por la muerte, podrá sentir, percibir que lo que está frente a usted, lo que le rodea, en lo que quizás también usted se está convirtiendo, es algo “no vivo”, un “muerto viviente”.

El capital, al igual que el vampiro, es un monstruo que ha desnaturalizado y degradado todos los órdenes y estructuras naturales existentes. Ambos entes comparten la condición de parásitos, de existir en función de succionar la vitalidad de otros seres.

Un ejemplo de lo anteriormente dicho es el caso de la destrucción de cientos de miles de hectáreas de selvas tropicales, rebosantes de diversidad, exuberantes en su vitalidad, para sembrar en su lugar cultivos transgénicos para producir etanol (maíz, soya, caña de azúcar); estos monocultivos geométricamente alineados como soldaditos son producidos artificialmente y no tienen posibilidad de transmitir la vida pues sus semillas son del tipo “terminator”, es decir, son estériles; para completar, estas fitoversiones del monstruo de Frankenstein sólo pueden crecer y dar sus vacíos frutos mediante la aplicación de fertilizantes y herbicidas de la compañía (vampiro) que las produjo y controla. Finalmente, su destino no es alimentar la vida, sino alimentar las artificiales necesidades de las máquinas de su amo ¿Puede alguien negar que estos cultivos creados en laboratorios, diseñados para no reproducirse jamás son “no vivos”, “muertos vivientes”?
El hambre y la sed del vampiro son eternas, jamás pueden ser saciadas; las leyes del capital indican que la necesidad de éste de reproducirse chupando el trabajo, las riquezas y el futuro de los pueblos tampoco puede detenerse, jamás puede ser cubierta a riesgo de desaparecer como sistema.

Vampiro y capitalismo personifican a los demonios del mal, encarnan a los instintos más bajos y oscuros del ser humano: el egoísmo, la avaricia, el individualismo, la insensibilidad, la codicia.

Como bien lo señaló el viejo Marx (el Van Helsing del capitalismo) en El Capital, (capítulo 8libro primero): “El capital tiene un único impulso vital, el de valorizarse, generar plusvalía, absorber con su parte constante, con los medios de producción, la masa más grande de plusvalor posible. El capital es trabajo muerto que resucita, como un vampiro, sólo chupando trabajo vivo, y tanto más vive cuanto más chupa”.

Según las antiguas leyendas, el poder del vampiro reside en la mezcla de fascinación y terror que sus víctimas sienten hacia el; para dominarlas, el vampiro aterroriza con su figura y suleyenda, y toma control de sus voluntades utilizando para ello sus poderes hipnóticos. El gran capital imperial globalizado utiliza estas mismas estrategias para dominar a sus víctimas; a través de su industria cultural (hollywood, cadenas televisivas, agencias informativas) nos repite hasta el infinito la leyenda de su superioridad (racial, tecnológica y cultural) y de la invencibilidad de su monstruoso aparato militar (leyenda desmentida en Vietnam, Cuba y ahora en Irak) como forma de intimidación y amedrentamiento. Como si fuera la otra pinza de una tenaza, la división publicitaria de esa misma industria cultural bombardea incesantemente la conciencia de los pueblos del mundo con imágenes y mensajes de la idílica y paradisíaca vida que el capitalismo ofrece, vida cuya expresión más acabada es el “american way of life”.

Esta ofensiva ideológica ha actuado como agente hipnótico, por lo que a la usanza de las añejas películas de Christopher Lee o Bela Lugosi, las víctimas (amplios sectores de la población mundial) permiten, casi con placer, en éxtasis, que les succionen sus elementos vitales (petróleo, agua dulce, materias primas, cultura, identidad) con la promesa de la vida eterna, de la juventud infinita, de la diversión absoluta.

Esta estrategia publicitaria y propagandísticaaplicada por décadas ha producido en los pueblos del mundo una esquizofrénica mezcla de temor y fascinación, de odio y atracción hacia el gran capital imperial y el modelo civilizatorio que este ofrece.

La tradición afirma que el vampiro muere si se expone a la luz del amanecer, (quizás de allí provenga el empeño del capitalismo mundial en oscurecer la luz del sol con los gases de efecto invernadero); pero apesar de su poder y de la violencia que es capaz de ejercer, por todas partes hay inequívocas señales de que se acerca el alba: En Latinoamérica con sus movimientos políticos como las Revoluciones Cubana, Venezolana, Nicaragüense y Zapatista; en los pueblos andinos con los gobiernos progresistas de Evo y Correa. Con el Movimiento de Los Sin Tierras; con el despertar en todo el mundo de una nueva conciencia ecológica; con el movimiento contra la globalización, con la resistencia cultural del mundo islámico. Viene amaneciendo y se escuchan pasos que se acercan al ataúd del vampiro capitalista. Éste tiene buenos motivos para temer….

Joel Sangronis Padrón
Profesor UNERMB





Ecología y Posmodernidad15-07-05, Por Joel Sangronis Padrón *
Para nuestra cultura, lo nuevo es sinónimo de mejor, de superior, por lo que toda novedad es siempre una superación, un avance que viene a llenar una carencia o a completar un proyecto que se traduce en el ámbito tecnológico-comercial en una perenne carrera por adquirir, por consumir siempre lo nuevo, lo novedoso, lo último del mercado, carrera que no tiene fin por cuanto jamás puede ser satisfecha.
Entre los siglos XVI, XVII y XVIII la sociedad Europea va a ser sacudida por un conjunto de radicales cambios en su manera de comprender al hombre y al universo; el hombre europeo va a sufrir una serie de mutaciones paradigmáticas en sus concepciones y valores estéticos, espirituales y seculares que van a desembocar en un proceso conocido como la Modernidad.
Protagonistas principales de estas transformaciones van a ser Isaac Newton y René Descartes. El primero con el enunciado de leyes físicas universales y el segundo con sus tesis racionalistas van a modificar radicalmente la manera en que el hombre occidental se visualiza a si mismo y la forma en que se relaciona con Dios, con el resto de los hombres y con su entorno.

La razón instrumental y la ciencia positiva, experimental y reduccionista van a convertirse en los ejes del pensamiento europeo-occidental y van a producir fenómenos socio-históricos como el capitalismo, el antropocentrismo y la revolución industrial que influirán, en los siguientes siglos, en forma poderosa en el resto de la humanidad.
El hombre europeo va a ser empujado por este modelo cultural a conocer, conquistar y someter a su dominio y control al resto del mundo. El espíritu capitalista de maximizar las ganancias aunado a la tesis del progreso infinito van a servir de combustible a la expansión del mundo occidental en los siguientes 500 años.
También producto de este proceso conocido como La Modernidad va a ser la revolución industrial, pues este modelo histórico-cultural va a equiparar el concepto de progreso con el de avance o desarrollo tecnológico-industrial; así, se consagraron la eficacia y el rendimiento material como únicas vías para alcanzar el progreso, progreso que a su vez fue (y es) identificado con lo nuevo, lo novedoso como supremo valor.
Para la modernidad, es decir nuestra cultura, lo nuevo es sinónimo de mejor, de superior, por lo que toda novedad es siempre una superación, un avance que viene a llenar una carencia (real o inducida), o a completar un proyecto (individual o colectivo) que se traduce en el ámbito tecnológico-comercial en una perenne carrera por adquirir, por consumir siempre lo nuevo, lo novedoso, lo último del mercado, carrera que no tiene fin por cuanto jamás puede ser satisfecha.

Así, las ideas de progreso y desarrollo, entendidas como un crecimiento permanente e ilimitado, potenciadas por la ciencia y su hija la técnica, sumadas al insaciable deseo de acumulación material del capitalismo, han provocado la impresionante sujeción y dominio de la naturaleza por parte del hombre moderno, necesarias por lo demás para obtener de ella las materias primas indispensables para mantener el ritmo de producción-consumo-desecho inherente al espíritu de este modelo histórico-cultural.
Pero la actual crisis ambiental nos indica que este modelo liberal-industrial-productivista ya no puede perpetuarse sino ofreciendo a la vez más y peor: más destrucción, más despilfarro, más desigualdad, más exclusión, más reparaciones de las destrucciones, más programación de los individuos, más prozac para los ruidos de esas reparaciones.
El discurso ecológico ha revelado la tremenda contradicción del mito del progreso promovido por la razón técnica e instrumental de la modernidad que prometía llevar al hombre a la conquista del futuro pero que simultáneamente lleva en su seno la negación y destrucción de ese futuro.
Los discursos ecológico y posmoderno cierran filas en torno a la propuesta de abandonar el pensamiento reduccionista, símbolo de la modernidad, cuestionando la lógica cosificadora y mercantilista del capitalismo.
El pensamiento ecológico, que sirve de fundamento al actual cuestionamiento de la legitimidad del mito del progreso y desarrollo perenne y lineal y por ende del modelo liberal-capitalista, se yergue en el horizonte como una de las principales armas con las que se libra la actual batalla ideológica entre la parte agonizante de la modernidad y el nuevo modelo civilizacional que ha de nacer como requisito indispensable para la supervivencia de la especie humana. www.EcoPortal.net
* Joel Sangronis PadrónProfesor UNERMB
Chavismo, consumismo… ¿socialismo del siglo XXI?
América Latina en Movimiento

Por Joel Sangronis Padrón

“El capitalismo consume trabajo y riquezashaciéndonos consumir efímeras ilusiones enforma de objetos o sueños. Extraña paradoja esta la de consumidores que son consumidoscuando creen consumir”Joaquín Araujo

“La producción en exceso de mercancíasútiles conduce a la creación en exceso de personas inútiles”Carlos Marx

Se ha convertido en una rutina, al iniciar las actividades en mis cátedras universitarias, el colocar un viejo y anticuado, pero aun funcional, teléfono celular de segunda generación (popularmente conocidos como bloques o raspahielo) en un lugar perfectamente visible de mi escritorio. Los jóvenes participantes ( pertenecientes en un mayoritario porcentaje a la clase mas desposeída de la sociedad venezolana y que contradictoriamente con las limitaciones económicas que soportan en su vida cotidiana ostentan teléfonos celulares de elevado precio) no tardan en responder a la provocación, primero con risitas, comentarios y cuchicheos por lo bajo y posteriormente en forma más directa, interrogándome con cierto aire de condescendencia y de vergüenza ajena, sobre las causas y el porqué (para la mayoría de ellos incomprensible) un profesor que parece serio, alguien que a simple vista transmite una imagen de normalidad, de cierta solvencia económica, pueda utilizar públicamente un aparato tan obsoleto y pasado de moda.

A partir de las bromas y preguntas, y como consecuencia de estas, comenzamos largas discusiones sobre el valor de uso y el valor de cambio de las cosas en la sociedad capitalista, de la cosificación de la existencia humana, de los aparatos ideológicos y de la publicidad como instrumentos de control social, del fetichismo de las mercancías, del consumismo como ideología del modelo capitalista y de las consecuencias para la vida en la tierra de un sistema de organización económica y social que es en su propia naturaleza insostenible, derrochador, segregacionista, excluyente y depredador.

Traigo esto a colación como indicador de que, hoy en día, buena parte de la población venezolana (y mundial) atesora como valores de su existencia los principios de la sociedad consumista, del tener en vez del ser como verbo esencial de la vida, de la moda y el estilo de vida mediático como formas de aceptación y superación social, del consumo como nueva religión y de los medios de transmisión masiva de información como sacerdotes y oficiantes de esta.

En nuestro actual modelo social la valoración social del individuo viene dada en buena parte por su capacidad de consumo y por la ostentación que hace de ese consumo frente a sus semejantes.
La alienación consumista viene a ser el traslado en la psiquis individual del valor de uso de las cosas al valor de cambio (valor que en mis clases y con fines esclarecedores y didácticos gusto también en llamar valor de representación social).

El fenómeno del consumismo no se da, como podría esperarse, únicamente entre sectores acomodados o de ingresos fijos en la sociedad, por el contrario, esta forma de alienación se va notando con mayor fortaleza en la medida en que se analiza y estudia a los estratos mas económicamente deprimidos de la población.
Toda dominación requiere de una determinada visión del mundo, de una ideología que establezca las reglas y mantenga el orden que esas reglas proponen; en la sociedad de consumo capitalista esas reglas son diseñadas en los centros de poder mundial e instrumentalizadas en las sociedades dependientes por las oligarquías y clases dominantes criollas a través de sus medios de transmisión masiva de información.

El consumismo como ideología ha sido la base de sustentación del proyecto capitalista de expansión mundial bautizado por sus propulsores como globalización, denominación esta también convertida por los medios de transmisión de información en mercancía de consumo.
El consumismo es una ideología en el sentido gramsciano del término, pues es necesaria para la existencia misma del orden estructural capitalista contemporáneo. Desde la década de 1.950 el complejo industrial-militar-financiero de los EEUU comenzó un proceso inédito de expansión a nivel mundial. Las grandes corporaciones transnacionales, punta de lanza de este proceso, necesitaban de un instrumento de penetración ideológica que diseminara y sembrara profundamente en las masas humanas a nivel mundial la ideología del consumo a gran escala que les permitiera sostener artificialmente la demanda de sus productos (fabricados a un ritmo cada vez mayor debido a los adelantos tecnológicos) y la aceptación de la lógica y las estructuras del sistema capitalista como algo normal y natural en la vida: El modo de producción-reproducción de la civilización capitalista, para expresarlo en palabras de Inmanuel Wallerstein.

La ideología consumista ha funcionado desde entonces como el gran instrumento de control social del modelo neoliberal capitalista, prometiéndole a las masas el paraíso de la utopía capitalista: El “american way of life”, el sueño del consumo infinito que tiene a los centros comerciales, los “malls”, como nuevas Mecas a donde peregrinar cotidianamente en busca de la belleza, la paz y la felicidad.
Como en su momento lo señalara Ludovico Silva, la ideología debe ser entendida: “no como un sistema de representaciones concientes sino como un sistema preconciente de representaciones que apoyan y justifican al sistema social dominante en la mente del portador de la ideología. La persona se convierte al consumir el discurso publicitario en productor de plusvalía ideológica, productor de adhesión no conciente al sistema y, por tanto, de justificación, apoyo y defensa del mismo”.

Al comenzar a pagar la inmensa deuda histórico-social que tenía (y aun tiene) el estado venezolano con las mayorías excluidas de este pueblo, es decir, al mejorar significativamente los ingresos promedio que reciben los miembros de la sociedad venezolana (salario mínimo más alto de toda Latinoamérica) sin que esta mejora haya ido acompañada de un sostenido y sistemático proceso de formación ideológica y concientización, el proceso bolivariano involuntariamente se ha colocado en una contradictoria situación: dentro de la lógica consumista mientras mas ingresos se obtienen más deseos se sienten de gastar, de consumir, y mientras la persona más consume más se identifica con los valores y principios de dicho sistema: individualismo, egoísmo, ausencia de solidaridad, todas características antagónicas a los principios del socialismo; aquí hay que acotar que según la ley de Engel (del economista alemán Ernst Engel 1821-1896) en la sociedad capitalista a medida que aumenta la renta de una persona o grupo familiar esta pasa a satisfacer las necesidades socio psicológicas (modas, lujos, etc) antes que las necesidades existenciales (alimentos, vivienda, educación). El elemento esencial de la carga ideológica del modelo neoliberal consumista estriba en que la persona no sólo consume lo que le es esencial para vivir (comida, vestido, comunicación, educación) sino que principalmente consume objetos, cosas banales, frívolas y en la mayoría de los casos, inservibles y superfluas, casi siempre a costa de dejar de consumir lo que le es necesario para vivir.

A través de la publicidad se manipula y controla el mundo de los deseos, mundo en el que el estado no tiene competencia, dictando modas, creando y fijando patrones de conducta y consumo cada vez más irracionales, estigmatizando y segregando socialmente a quien se niega a caer o seguir en ese juego; refinando y reforzando cada vez más las técnicas de manipulación, alienación y disociación de la realidad.
El consumo de bienes necesarios para la vida tiene unos límites físicos y objetivos por lo que en consecuencia tiene un punto de saturación (usted come sólo mientras tiene hambre), pero el consumo de bienes que implican “estatus” o posición o nicho social nunca puede ser satisfecha porque la publicidad jamás deja de crear e insertar nuevas necesidades en la psiquis individual y colectiva de los miembros de la sociedad por lo que nos encontramos ante la absurda situación de un mundo con recursos limitados que funciona bajo un sistema que consume esos recursos en forma ilimitada.

Es ilusorio creer que con el simple suministro de bienes y mercancías (vehículos populares, computadoras bolivarianas, celulares de bajo costo, créditos solidarios) las personas nacidas, formadas y adoctrinadas en la ideología consumista del modelo neoliberal capitalista van a sentirse felices y satisfechas porque como dice Ramón Folch en su Diccionario de Socioecología: “en la lógica del consumismo la felicidad –no hay más que ver los anuncios- sólo se alcanza poseyendo cada vez más. Lo importante es lo que todavía no se tiene…”
Hay que señalar que la oligarquía no encuentra en el consumo una forma de satisfacción o refuerzo social (este grupo generalmente tiene clara y definida su conciencia de clase) mientras que los verdaderamente marginales nada tienen que consumir. Pero la clase media (esa misma clase que Chávez augura para toda la población venezolana) es el sujeto y víctima ideal de la manipulación. Años de bombardeo mediático ha hecho que la clase media se comporte como una clase “reflejo” de la oligarquía a pesar de que los gobiernos representantes de esa misma oligarquía la llevaron a la depauperización extrema en las décadas de los 80 y 90.

Esta situación ha llevado a que buena parte de la clase media venezolana, posiblemente el segmento de la población que más se ha beneficiado del reformismo redistributivo del gobierno del Presidente Chávez, y la que hoy en día consume como nunca (sólo hay que asomarse a la calle para ver las interminables colas de vehículos último modelo, o los superatestados centros comerciales o las cifras de venta de rubros tales como whisky escocés, televisores de plasma o celulares de última generación) sea a su vez el sector que lo adversa y detesta con mayor virulencia. La clase media más que una categoría económica es una categoría ideológica; es el sector de la población más alienado por el discurso mediático. Se identifica profundamente con los valores de la oligarquía, los que asume como propios, y rechaza visceralmente toda aproximación o referencia a los sectores marginados a los que tiende a ignorar o hasta negar su derecho a la existencia, por lo que términos como socialismo, comunidad, pueblo o “chavismo”, (denominación que en este proceso ha venido a entenderse como sinónimo de los anteriores), le genera hostilidad e inseguridad.

La oligarquía ha convertido la manipulación del inconciente colectivo en uno de los pilares (posiblemente el más importante) de su política de dominación y control global.Un objetivo básico del marxismo, a la vez que uno de sus métodos de lucha, es el de hacer conciente lo inconciente, evidente lo oculto, dentro del orden social, justo lo opuesto de lo que pretende el fascismo y la ideología burguesa, por lo que es perentorio incluir en el debate sobre la construcción del socialismo del siglo XXI el consumismo como contradicción dentro del proceso bolivariano.

La enorme mayoría de los actores políticos de la revolución bolivariana (con la excepción de Chávez, hay que decirlo) ha venido a cuestionar en la teoría, más no en la práctica, el orden neoliberal consumista del capitalismo.
Una revolución y un socialismo del siglo XXI en los que la hegemonía y valores del modelo neoliberal consumista no sólo no han sido desmontados sino que por el contrario se aspira a democratizarlos con lo absurdo y demagógico que conlleva dicha oferta es una contradicción que los venezolanos debemos resolver cuanto antes si aspiramos a la pervivencia de nuestro proceso y, por ende, a la construcción de un mundo y sociedad mejor.

- Joel Sangronis Padrón es profesor de la Universidad Nacional Experimental Rafael Maria Baralt (UNERMB), Venezuela.









20 Enero 2008
África en el ajedrez mundial del petróleo (I)
Joel Sangronis Padrón

Rebelión
“La historia será la que tenga la última palabra. No será la historia enseñada en la ONU, Washington, París o Bruselas, sino la historia que se enseñe en los países que se han liberado del imperialismo y sus marionetas. África escribirá su propia historia y, tanto al norte como al sur del Sahara, ésta será una historia de gloria y dignidad.” Patricio LumumbaLa sed energética del mundo se agudiza cada día más. A pesar de la mediática puesta en escena de maniobras diversivas como la de los agrocombustibles o el recalentamiento global, lo cierto es que los círculos dominantes de las grandes potencias capitalistas del mundo (incluyendo por supuesto a China), no han cesado un instante en sus intentos de controlar todos y cada uno de los yacimientos de energía fósil que existen en nuestro planeta.
El descubrimiento en los últimos años de grandes reservas de hidrocarburos en territorio africano ha colocado sobre el tablero de ajedrez de la geopolítica energética mundial a pueblos y países de ese continente que durante casi todo el siglo XX fueron ignorados y marginados, y en donde el saqueo de sus estratégicas riquezas minerales y sus condiciones de trabajo semiesclavas se hizo, en forma más o menos concertada, entre las diferentes potencias coloniales (EEUU, Francia, Inglaterra, la Sudáfrica del apartheid), que a su vez hicieron causa común en enfrentar los intentos de la antigua URSS por establecerse en el continente.
El derrumbe de la URSS, la emergencia de China como gigante económico y la consolidación de los EEUU, en el plano militar, como única superpotencia imperial en el orbe, han marcado la geopolítica mundial de los últimos años del siglo XX y los primeros del siglo XXI.
El lento pero sostenido avance de África como zona productora de petróleo ha provocado un reposicionamiento de las potencias mundiales en ese continente en defensa y apoyo de sus corporaciones energéticas.
En el caso de los EEUU, ya desde el gobierno de Clinton se iniciaron programas de “ayuda” económica y militar como el de las “Operaciones de Contingencia para el Entrenamiento y la Asistencia” (OCEA por sus siglas en español), el “Acta de Crecimiento y Oportunidades para África” (AGOA I y II) y la “Iniciativa Estadounidense de Respuesta a las Crisis Africanas” (African Contingency Operations Training and Asístanse ACOTA) programa este último creado para la instrucción militar y “entrenamiento antiterrorista” de unos 10 a 12 mil militares africanos, cantidad elevada en los últimos 4 años a 40 mil. Una especie de Escuela de las Américas para África.
La creciente importancia de África como suministrador de petróleo estriba en que ya produce cerca del 12% del que se consume en el mundo y el 25% del que consumen los EEUU, más del que este último país importa desde Arabia Saudita. África posee reservas por el orden de los 110 mil millones de barriles de petróleo (9% del total de las reservas mundiales) de una calidad excelente, de bajos costos de producción y rápido y fácil transporte, con unos yacimientos off-shore que constituyen las áreas de exploración y producción de más rápido crecimiento en el mundo.
La importancia estratégica de África para el proyecto imperial de los EEUU puede deducirse de las repetidas giras de altos funcionarios usamericanos (incluyendo a los presidentes Clinton y Bush) por ese continente en los últimos años. En enero del 2006 la secretaria de estado Condolezza Rice anunció que “los EEUU reducirían su personal diplomático en Europa para aumentarlo en otras regiones emergentes del mundo, especialmente África”. A su vez el subsecretario de estado para África Walter Kansteiner declaró en su momento que: “El petróleo africano es de interés estratégico nacional para nosotros y lo será aun más en el futuro”, y el influyente congresista republicano William Jefferson afirmaba que: “hay que redefinir a África como una región estratégicamente crucial para los EEUU”.
La mayor prueba del valor que para los intereses energéticos estadounidenses ha adquirido África lo encontramos en la decisión anunciada en febrero de este año (2007) por la administración Bush de crear el “The United States Africa Command (AFRICOM), un comando militar de sus fuerzas armadas con competencia exclusiva para África. Hasta este año la responsabilidad de las operaciones militares usamericanas en África se las repartían el comando europeo (Eurocom), el comando central (Centcom) y el comando del Pacífico (Pacom).
Hasta la fecha el gobierno de los EEUU aun no ha anunciado en cual país africano va a funcionar la sede principal del Africom, pero ateniéndose a los libretos y guiones de lo que ellos denominan “políticamente correcto” ya se ha anunciado que el primer comandante del Africom será un afroamericano, el General William Ward.
Aun antes de establecer el Africom los EEUU habían venido instalando una serie de base militares alrededor de los puntos estratégicos del mapa petrolero africano. En la isla de San Tomé y Príncipe, frente al golfo de Guinea que aporta el 10% del petróleo africano que consumen los EEUU, ya funciona una gran base aeronaval y hacia el noreste del continente ocupa la gran base militar de Camp Lemonier en Djibuti, en pleno estrecho de Bab al Mandab (Puerta de las Lágrimas) entre el Mar Rojo y el Golfo de Adén, antigua sede de una base de la legión extranjera francesa. Aunque los galos conservan tropas en ese país, la cesión de esta base por parte del gobierno de Djibuti, en el que todavía Francia mantiene una considerable influencia, es prueba de la concordancia de intereses que en materia energética africana existe entre el Elíseo y la Casa Blanca desde la época de Chirac y ahora reforzada aun más con el atlantista Sarkozy en la presidencia francesa.
Además de estas bases, los usamericanos tienen importantes contingentes de tropas en varios países africanos, con gobiernos disciplinadamente alineados con los intereses de Washington, destacándose entre estos a Kenia, Etiopía, Uganda y el Chad. Este impresionante despliegue militar (con los altos costos que ello conlleva) tiene como indignante contrapartida el hecho de que los EEUU son el país desarrollado que menor porcentaje de su PIB (0.3%) dedica a la ayuda para el desarrollo de África. Francia por su parte, mantiene dos grandes bases militares en Dakar (Senegal) y Libreville (Gabón) además de tropas en Djibuti, República Centroafricana, Chad, Costa de Marfil y Mauritania.
Acá es interesante señalar que los franceses parecen haber resignado su papel de gran potencia colonial africana a favor de la fuerza y el poder militar estadounidense en la zona y no quieren repetir los feroces choques de intereses (hasta ahora no combatidos por sus propios soldados) que los enfrentaron a mediados de la década de 1.990 en la región de los grandes lagos (Ruanda, Burundi, Congo) y a finales de esa misma década en el África occidental (Liberia, Sierra Leona, Costa de Marfil).
El establecimiento de bases militares y gobiernos satélites de los EEUU en países que hasta ahora Francia había considerado como parte de su imperio neocolonial (Camerún, Chad, Gabón, Djibuti, Congo Brazzaville) y el control de las operaciones de exploración, perforación, producción y comercialización del petróleo en esos países por parte de las grandes petroleras anglosajonas (Exxon, Chevron, Shell), en desmedro de la corporación francesa Total, con cierta pasividad y complacencia del Elíseo, permiten inferir que existen nuevos acuerdos de reparto de influencias y control de las riquezas energéticas africanas, donde Francia y sus multinacionales, por razones estratégicas y de supervivencia han subordinado su participación en beneficio del hegemón estadounidense; esto aun cuando la última iniciativa gala de una “Unión Mediterránea” pareciera ser una ofensiva destinada a salvaguardar lo que los franceses siempre han considerado su espacio vital, esto es, el norte de África.
Aquí es interesante señalar que en el año 2005 la policía sudafricana, alertada por la inteligencia francesa, desmanteló y detuvo un grupo de mercenarios, dirigidos nada menos que por Mark Tatcher, hijo de la otrora “Ironmaden” británica Margaret Tatcher, a través de los cuales intentaban los EEUU, Inglaterra y España (el trío “antiterrorista” de las Azores) derrocar al dictador Teodoro Obiang de Guinea Ecuatorial, para expulsar a la petrolera gala Total de ese país en beneficio de la Repsol y de la Shell (la Exxon ya está allí) e instalar la mayor central de licuefacción de gas del mundo sin participación de París. Francia se enteró y sus servicios de inteligencia, tal y como en una novela de Forshite o de Le Carre, dieron el soplo a la policía sudafricana que desmanteló la operación.
Así como en 1.885 las potencias coloniales europeas presentes en la conferencia de Berlín (Francia, Inglaterra, Bélgica, Alemania, Portugal y España) acordaron un “reparto entre caballeros” del continente africano, la “operación antiterrorista” para África, “Libertad Duradera” promovida y liderada por la administración Bush y secundada por Francia, Alemania, Inglaterra, Italia y España, (¡sólo faltarían Japón y Canadá para ser el G-8!) parece constituir la fase inicial de un nuevo reparto de este continente.
Esta coalición, utilizando el manoseado, hipócrita y falso, pero aun útil argumento de la lucha contra el terrorismo, (en donde, como siempre, la etérea y fantasmal presencia de Al Qaeda y el “fanatismo musulmán” sirven perfectamente de excusa a los intereses imperiales) busca no sólo repartirse el botín africano sino erigirse como un muro de contención contra la actual penetración de China en África y frenar los futuros intentos de potencias emergentes (Brasil, India, Sudáfrica) de posicionarse y competir por los recursos energéticos y minerales africanos.
Las elites políticas chinas perciben el siglo XXI como “su siglo”, pero la creciente dependencia del petróleo importado puede convertirse en el talón de Aquiles de tal aspiración, por ello, en materia de seguridad energética han asumido la misma estrategia de los EEUU, esto es, no colocar todos los huevos en una misma canasta, es decir, diversificar al máximo sus fuentes de aprovisionamiento petrolero, por ello, desde hace ya cierto tiempo, en forma firme y sutil, han venido tomando posiciones en el tablero energético africano. Sus empresas petroleras SINOPEC y la CNPC (China Nacional Petroleum Company) se han asentado firmemente en el suelo (o mejor sería decir en el subsuelo) africano, compitiendo de igual a igual con las grandes petroleras anglosajonas y francesas.
Esta posición de privilegio que detentan las dos grandes petroleras estatales chinas en África ha sido posible, entre otras causas, gracias a la agresiva expansión económica china en ese continente y a la correspondiente influencia política que ella ha conllevado. El intercambio comercial sino-africano ha subido de un poco más de cuatro mil millones de dólares a principios de los años noventa a superar los cuarenta y cinco mil millones de dólares en este 2007, con proyecciones a duplicar esta cifra en los próximos diez años.
En noviembre del año 2006 40 presidentes africanos fueron a Beijing para celebrar allí la primera cumbre de jefes de estado sino-africana.
China ya obtiene de África más del 30% del petróleo que consume y asegura su posición en este mercado con una sutil y heterodoxa (para África) estrategia de ayudas de carácter tecnológico, social, financiera y diplomática, que representa para los países de este continente una opción diferente a las brutales estrategias coercitivas que históricamente efectuaron (y aun lo hacen) allí los europeos y contemporáneamente los usamericanos con sus acciones militares y las terapias de shock y programas de ajuste del Banco Mundial y el FMI.
La gira que realizó durante febrero de este año 2007 el presidente chino Hu Jintao por ocho países africanos, (diplomacia del dólar la llamaron algunos), sirvió para fortalecer en grado sumo la presencia china en ese continente. El jerarca chino firmó acuerdos comerciales, condonó deudas a los países africanos más pobres por el orden de los dieciocho mil millones de dólares, otorgó becas y programas de intercambio estudiantil para que miles de jóvenes africanos se preparen en universidades chinas y formalizó acuerdos de cooperación y formación militar con varios Estados.
Estas actividades no podían dejar de encender las alarmas en Washington que se apresuró, apenas despegando el avión de Hu Jintao de territorio africano, en anunciar la creación del Africom como una forma de advertencia a China sobre las intenciones de los EEUU de controlar los recursos de ese continente.
En asociación con la estatal sudafricana South African Petroleum (alianza por lo demás interesante y estratégica mucho más allá de lo simplemente comercial o técnico) Sinopec acaba de firmar acuerdos con Nigeria por el orden de los 2.300 millones de dólares para producir 200.000 barriles diarios de crudo, con lo que de hecho puso fin al histórico monopolio que las compañías anglosajonas (Shell, Chevron y Exxon) habían mantenido sobre el petróleo de ese país. En este mismo país, China invirtió más de cuatro mil millones de dólares en la modernización de la refinería de Kaduna y a cambio sus empresas estatales obtuvieron cuatro licencias de explotación en el delta del río Níger. Es significativo que el presidente nigeriano Obasanjo, durante el banquete de recepción en honor a Hu Jintao, declarara en alta voz su deseo y esperanza de que “China dirija a el mundo durante el siglo XXI”.
El pasado año 2006 China otorgó préstamos por más de diez mil millones de dólares a Nigeria, Ghana y Angola, países que comparten la condición de productores de crudo y en los que no es difícil imaginar que el petróleo figuró en dichos contratos como garantía del pago. En ese mismo año 2006, el Banco Mundial y el FMI otorgaron ¡a toda África¡ sólo 2.300 millones de dólares y en condiciones que oscilan entre la usura y el gangsterismo puro y simple.
Sinopec también ha realizado prospecciones en Níger, Mauritania y Malí, países que hasta ahora no resultaban atractivos desde el punto de vista de sus posibles reservas pero que ahora, con un barril de petróleo cotizándose a casi 100 dólares, sí lo son, y China lleva la delantera en ellos. De igual forma China firmó acuerdos con el pro estadounidense gobierno de Kenia para la exploración petrolera en sus costas con todos los gastos operativos por su cuenta.
Cuerno de África:
En el cuerno de África China se ha instalado sólidamente, controlando la mayoría accionaria de la empresa estatal de petróleo de Sudán. La principal zona petrolera de Sudán está ubicada al sur de ese país, en las alturas del Darfour, zona que ha vivido en los últimos años un sangriento conflicto que a pesar de los intentos de la división mediática del imperio estadounidense (CNN, FOX, Reuters, incluso participación de divos tipo George Cloney etc.) de presentarlo como un genocidio de carácter étnico (malvados “árabes musulmanes” del norte masacrando buenos negros animistas y cristianos del sur) lo cierto es que dicho conflicto rezuma petróleo por todas partes. Sin minimizar el horror de toda guerra, es asqueante la forma en que se utiliza ésta para manipular y preparar a la opinión pública mundial para una posible intervención armada.
Nunca las constantes guerras y hambrunas del cuerno de África habían sensibilizado para nada a estos medios que sólo las han visto como “noticias” con las que vender espacios de TV, manipulando a la vez el morbo y la solidaridad de los telespectadores de sus sociedades. La guerra civil que azota a Sudán ha producido, desde 1.985, más de un millón de muertos y tres millones de desplazados, pero hasta que no se supo de su riqueza petrolera este conflicto fue simplemente ignorado por las acuciosas agencias de noticias internacionales.
EEUU ha insistido con el tema del genocidio en el Darfour como una forma de justificar la intervención (ya aprobada) de la ONU (en un principio había propuesto que fueran miembros de la OTAN quienes la hicieran). Los EEUU, a través de sus regímenes vasallos en el Chad y en Uganda, ha entrenado y armado a los rebeldes sureños del Ejercito de Liberación Popular de Sudán, dirigido hasta su muerte, en un extraño y nunca aclarado accidente de aviación, por John Garang, sujeto entrenado en la Escuela de Fuerzas Especiales de los EEUU en Fort Benning, Georgia.
Como han hecho casi todos los países petroleros del mundo, Sudán dividió su territorio en bloques para ofrecerlos en licitación. El bloque número 6 (precisamente el del Darfour) con reservas estimadas en diez mil millones de barriles, le fue otorgado a empresas chinas, lo que implica para los EEUU no sólo la pérdida para sus transnacionales de unos enormes yacimientos sino el posicionamiento de China en el superestratégico Cuerno de África!
El principal movimiento guerrillero en la zona del Darfour es el Movimiento por la Justicia e Igualdad (JEM, por sus siglas en inglés) promovido por la mayoría de los medios occidentales como los “verdaderos” representantes del pueblo del Darfour; estos se han caracterizado en los tres últimos años por sus sistemáticos ataques a las instalaciones petroleras chinas en la zona, ataques que persiguen, según palabras de Jhalil Ibrahin, uno de sus máximos voceros, “desplazar del área a Beijing”. Como se puede apreciar en estas declaraciones existe una curiosa coincidencia de intereses y fines (más allá del genocidio y los desplazados) entre los rebeldes del Darfour y las grandes petroleras anglosajonas y sus representantes del departamento de estado usamericano.
Sudán mide 2.503.890 kilómetros cuadrados, siendo el país de mayor extensión territorial de África. Es el puente entre el África central y el mar Rojo y entre otras condiciones que lo hacen vital y estratégico está la de controlar buena parte del caudal del río Nilo. Sudán posee más de 700 kilómetros de costas sobre el mar Rojo (recordemos por ahí circula casi todo el petróleo que viaja desde el golfo pérsico hacia Europa). China ha invertido en los últimos años más de quince mil millones de dólares en Sudán, incluyendo la construcción de una refinería en las afueras de Jartum y está construyendo oleoductos para transportar el crudo desde el sur del país hasta Port Sudán en el Mar Rojo.
También es interesante desde el punto de vista geopolítico señalar que en Sudán se han aliado la empresa estatal china CNPC (China Nacional Petroleum Company) con la empresa estatal del otro gigante asiático, la india ONGC (Oil and Natural Gas Corporation) para conformar la GNOPC (Greather Nile Petroleum Operative Company) que abre un número importante de variables estratégicas en esa zona.
Somalia. A pesar de que actualmente este país no es productor de petróleo sus 3.330kilómetros de costas en el Golfo de Adén, Mar de Arabia y Océano Índico así como su vecindad con casi todos los países del cuerno de África le confieren la condición de corredor estratégico vital para los intereses petroleros imperiales en la región, una especie de Afganistán africano.
La actual condición de país no productor no significa que en su subsuelo no existan yacimientos petrolíferos; en 1.991 un informe del Banco Mundial señalaba la existencia de importantes yacimientos en su plataforma marina, especialmente frente al Yemen en la zona del Golfo de Adén. Esta información al parecer ya era conocida en los altos círculos del poder petrolero mundial pues en la década de los años 80 el dictador Siad Barre entregó en concesiones la casi totalidad del territorio somalí a cuatro grandes petroleras usamericanas: Conoco, Amoco, Chevron y Phillips, y como nos demuestra la historia petrolera contemporánea, estas corporaciones juegan siempre a ganador y con las cartas marcadas, esto es, jamás invierten en un país sino cuando poseen información fidedigna y confiable de que sus inversiones están aseguradas..
A diferencia del golfo de Guinea en donde sus intereses y las características sociohistóricas de los pueblos que allí habitan aconsejan a los estrategas usamericanos promover la estabilidad política interna y la buena vecindad entre sus miembros, en el cuerno de África los EEUU instigan y maniobran a favor de la desestabilización, las guerras civiles y la balcanización de los países que lo integran. Al igual que en Irak, esta inestabilidad, aunada a la condición islámica de la población de sus países otorgan una patente de corso permanente para intervenir militarmente cada vez que sus intereses así lo indiquen, y es a la vez un cuchillo en la yugular energética de Europa (Golfo de Adén, Mar Rojo) que les permitirá a los usamericanos controlar cualquier intento europeo de sacudirse su control y dominio.
Para mejor asegurar sus objetivos en esta región, el imperio usamericano ha utilizado la añeja estrategia romana de “Divide Et Impera” partiendo a Somalia en 3 países: Somalilandia al noroccidente, Puntland en la parte nororiental y Somalia propiamente dicha en el sur; esta última invadida por el cipayo ejército etíope (tradicional rival de Somalia) en mercenaria función para los EEUU y con la aparente próxima intervención de fuerzas ugandesas y nigerinas. Todos estos elementos configuran un escenario altamente explosivo que podría involucrar a las minorías somalíes que viven en Etiopía, Uganda, Djibuti, Kenia y Sudán, con efectos catastróficos para la región pero que al parecer corresponden a la estrategia de guerra permanente que los ideólogos del poder imperial usamericano han diseñado para el control mundial en este siglo XXI.
*Joel Sangronis Padrón es profesor de la Universidad Nacional Experimental Rafael Maria Baralt (UNERMB), Venezuela.
¿Qué esconde la guerra ruso-georgiana? Joel Sangronis Padrón* / Soberania.org - 14/10/08
"No es el petróleo lo que se juega hoy en el Cáucaso y en el Medio Oriente, es el ordenmundial del Siglo XXI…"Augusto Zamora
Quienes nacimos durante el período histórico conocido como Guerra Fría y asistimos impávidos a los fraudes del “Fin de la Historia”, primeras guerras televisadas y atentados “terroristas” transmitidos en vivo y en directo al mejor estilo “hollywoodense”, no deberíamos de ser sorprendidos por el estallido de pequeños y localizados conflictos en remotos puntos del orbe generados por la competencia geopolítica en un mundo que vuelve a transformarse en multipolar, y mucho menos por el hecho de que las informaciones y noticias transmitidas por las grandes transnacionales de la información acerca de ellos, oculten y silencien mucho más de lo que simples procesos de análisis y razonamiento parecieran indicar. El caso del conflicto entre Georgia y las regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjazia no es para nada la excepción de lo arriba señalado. Presentado en un primer momento como uno de los tantos conflictos interétnicos que cada cierto tiempo tiñen de sangre esa región, el análisis más profundo y detallado permite formular cuestionamientos a esta tesis. Desde su separación de la antigua Unión Soviética, y sobre todo desde la llegada de Mijail Saakashvili al poder en el 2003, de la mano de una de las revoluciones de colores que el Departamento de Estado usamericano promovió entre las ex repúblicas soviéticas para establecer en ellas gobiernos afines, Georgia ha actuado en la práctica, aun sin ser parte formal de este organismo, como una base de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) en el Cáucaso. Hay que recordar que la OTAN dejó de funcionar como un organismo de defensa paneuropeo frente a una hipotética agresión soviética desde el momento en que este país dejó de existir en el año 1.991. A partir de la disolución de la URSS, la OTAN va a modificar su estructura, su naturaleza y sus fines: de un organismo de carácter nominalmente defensivo va a convertirse en un instrumento militar de la política imperial de los EEUU en todo el mundo, con intervenciones en África, acuerdos de mutua defensa con Kuwait, invasión militar en Afganistán y ejercicios militares contra una hipotética amenaza terrorista en Latinoamérica (Venezuela). Desde el punto de vista estratégico, la OTAN va a ser utilizada por los ideólogos imperiales de los EEUU como una cuña incrustada entre Europa y Rusia. Al expandirse las fuerzas de la OTAN hasta el límite de las propias fronteras rusas, los EEUU se garantizan que el gran país eslavo con sus inconmensurables riquezas energéticas, minerales y humanas mire a Europa como un peligro para su seguridad y no pueda unirse e integrarse al poderío industrial europeo en una asociación estratégica, económica y militar que inevitablemente rivalizaría con quienes aspiran mantener un orden unipolar en el siglo XXI. Es inconcebible que un pequeño país como Georgia atacara Tsjinvali la capital osetia y tomara posiciones en el estratégico desfiladero de Kodori en Abjazia sin contar con que debería enfrentar una inmediata y demoledora respuesta rusa, a menos por supuesto, que este movimiento fuera parte de una estrategia mayor. Estas regiones son vitales para Rusia no sólo porque constituyen su flanco más meridional sino porque le permiten controlar y vigilar sus oleoductos y gasoductos del Caspio y a la vez también le permiten monitorear y presionar aquellos oleoductos y gasoductos que viniendo de Azerbaiján (tales como el Bakú-Tiflis-Ceyhan BTC o el Nabucco) fluyen hacia Europa esquivando su territorio. Las explicaciones que diferentes medios occidentales tales como el New York Times, o El País de España, personalidades formadoras de corrientes de opinión mundial como el escritor Mario Vargas Llosa, o voceros del gobierno usamericano, han ofrecido acerca de la “precipitación e imprudencia” con que actuó el democratísimo (Vargas Llosa dixit) Saakashvili, movido por sus deseos de unificar su patria y en contra de las “recomendaciones” y “consejos” del Departamento de Estado usamericano, son poco menos que risibles. Los preparativos para esta agresión se intensificaron en los últimos dos meses; veamos: Los días 1 y 2 de julio de este año se llevaron a cabo en la ciudad georgiana de Batumi una cumbre de la Organización Para la Democracia y el Desarrollo Económico (GUAM por las siglas de los países miembros Georgia, Ucrania, Azerbaiján y Moldavia), organización que desde su nacimiento ha funcionado como un apéndice militar de la OTAN para proteger los corredores regionales de transporte energético en esa zona del Cáucaso. El mismo 1 de julio se efectuó una reunión paralela en la misma ciudad pero entre representantes de la GUAM y el gobierno de los EEUU. Es sencillamente impensable que la operación militar georgiana contra Osetia del Sur y Abjazia no se discutiera allí. Para completar este escenario digno de la mejor novela de acción de los años de la guerra fría, durante las dos últimas semanas de julio tropas de los EEUU, Georgia y oficiales israelíes, con alguna presencia de efectivos de los demás países del GUAM, realizaron ejercicios conjuntos denominados “Respuesta Inmediata” en la base militar de Vaziani en las afueras de la capital georgiana. Rusia contestó con una serie de ejercicios militares a gran escala (más de 8.000 hombres, 700 vehículos blindados y 30 aviones) efectuados en sus repúblicas caucásicas vecinas a Osetia del Sur y Abjazia. Paralelamente a esto la OTAN movilizó una flota nuclear a aguas del Mar Negro y los rusos movieron la suya hasta estacionarla frente a las costas abjazias y georgianas. Como se puede apreciar, la operación militar georgiana contra Osetia del Sur y Abjazia era un secreto a gritos tanto entre usamericanos y europeos otancistas como entre los rusos en los días previos a la invasión, por lo que hay que descartar el estúpido argumento de la “precipitación e impulsividad” de Saakashvili como detonador de esta acción. Visto lo anterior uno debe preguntarse: ¿Qué buscaban los EEUU al dar luz verde a esta operación militar georgiana? Los ideólogos neocom del complejo industrial-militar-financiero de los EEUU han entendido que su hegemonía a nivel planetario se está erosionando en forma cada vez más acelerada: debacle financiera, prestigio internacional por los suelos, su dólar perdiendo la batalla no sólo contra el euro sino contra monedas como el rublo ruso, el yuan chino y el yen japonés, cuestionamiento de su superioridad militar por sus virtuales derrotas en Irak y Afganistán, encabritamiento de su “patio trasero” latinoamericano; es posible que frente a estos escenarios los think thank neocom pudieran haber optado por variar su estrategia a un ámbito más heterodoxo dentro de su “Proyecto para un nuevo siglo americano”, cambiando las formas y las tácticas pero no los fines. La probable elección de Obama seria parte de este proceso de reingeniería geoestratégica. Hay que recordar que para algunos de los ideólogos neocom el principal rival a la hegemonía de los EEUU en el siglo XXI será China; de hecho la invasión a Afganistán nunca estuvo dirigida a destruir esa fantasmal organización a la que los medios de comunicación occidentales han bautizado con el nombre de “Al Qaeda”, esa invasión contra quien siempre estuvo dirigida fue contra China, impedir que los recursos energéticos iraníes y de Asia Central pudieran llegar a China a través de Afganistán. En este escenario se tendría que considerar entonces que la invasión de Georgia a Osetia del Sur y Abjazia (con Saakashvili como cabeza de turco), pudiera haber sido una sutil y oculta invitación a la actual elite política del Kremlin para que se unan al proyecto del nuevo siglo americano en calidad de socios frente a la emergencia de China. Quizás por ello la respuesta de la Organización para la Cooperación de Shangai, en donde China es el principal actor, fue mucho más tibia y mesurada de lo que se podría haber esperado en un primer momento.¿Tuvo algo que ver el control del corredor azerí y georgiano de la heroína afgana y tayika hacia Europa con esta guerra? No hay que descartar esta variable dentro de las posibles explicaciones de este conflicto. El negocio de las drogas ilegales mueve cerca de seis billones de dólares al año según estimaciones de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés); y es, después del petróleo y la venta de armas, el negocio más lucrativo en el mundo. Según datos de la misma UNODC, desde la invasión de Afganistán por parte de los EEUU y la OTAN en el año 2002, la superficie cultivada de amapola en ese país se ha incrementado en un 2200% y la producción de heroína en un 3.300%!!, y los corredores caucásicos y el Mar Negro son la vía de entrada de esta droga hacia Europa.¿Cuáles son los verdaderos intereses que se movieron detrás de un escenario de guerra saturado de oleoductos y gasoductos que llevan energía a Europa, acaso la de los megaespeculadores de las bolsas petroleras del Nymex y el IPE? Los EEUU sabían perfectamente que Rusia respondería a lo que consideraría una agresión a su flanco sur, por lo que sólo queda pensar que esta operación intentaba provocar a Rusia para que con su ataque a Georgia quedara atada de manos, al igual que todos los países que la han apoyado, frente a ulteriores procesos secesionistas basados en principios de autodeterminación étnica como los esgrimidos por osetios y abjazios, tales como los kurdos en Irak y Turquía, los somalíes en el Darfour, los uigures y tibetanos en China, los cambas en la media luna oriental boliviana y hasta los indígenas yupkas y wayuus en el occidente venezolano. De igual forma la agudización de conflictos entre Rusia y países de lo que Donald Runsfeld llamó “la nueva Europa”, sumado a la instalación de escudos antimisiles en Polonia y la República Checa, en plena frontera rusa, vienen a cumplir el postulado básico de la llamada doctrina Brzezinski (por Zbigniew Brzezinski) principal ideólogo de la política imperial usamericana en los últimos 30 años, quien a su vez la tomó del geoestratega británico Halford MacKinder, de que para dominar el mundo hay que dominar a toda costa el cinturón geoestratégico (corredores caucásicos) de la gran masa continental euroasiática y evitar por todos los medios que Rusia y la Unión Europea lleguen a alguna forma de entendimiento estratégico. Los escudos antimisiles instalados en Polonia y los sistemas de radares colocados en la República Checa hacen que Rusia vuelva a apuntar sus cohetes contra Europa y a esta no le queda alternativa sino refugiarse en el paraguas militar estadounidense mientras que los conflictos caucásicos le dan la perfecta justificación a la OTAN para adentrarse cada vez más en esa zona. Creer que la invasión georgiana a Osetia del Sur fue producto de una simple torpeza o error de cálculo de los comandos militares estadounidense es caer en una visión simplista y superficial de la geopolítica mundial. Es más que obvio que los EEUU han entrado en un proceso de decadencia económica y política, pero ello no quiere decir que su poderío militar y su capacidad de maniobra en el mundo este acabado. No se pueden confundir deseos con realidades a la hora de evaluar el futuro de las relaciones geopolíticas que veremos en este nuevo milenio que apenas comienza.


[*] Joel Sangronis Padrón / Ecologista y Profesor de la Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt (UNERMB) - Cabimas, Edo. Zulia / E-mail: Joelsanp02@yahoo.com